Colaboraciones

ARTÍCULOS de "César Luján" 
Gil Gámez


Su paso por el CEPA Paulo Freire ha dejado una huella indeleble en el corazón de todos los miembros de nuestra comunidad educativa. César fue nuestro Conserje de la tarde durante el curso 2018/19. Nos ha conquistado con su amabilidad, su profesionalidad y su sonrisa eterna. Siempre disponible para darnos su tiempo y su sabio consejo.

Querido por su efectividad en el día  a día, por alumnos, profesores y personal no docente del centro, además es un extraordinario narrador que nos deja dos artículos de utilidad para nuestro alumnado, hoy publicados en nuestra Revista Digital "La GaCEPA". 

Esperamos que vuelvas con nosotros lo antes posible, pues esta ovación es digna de tu presencia en el CEPA  PAULO FREIRE DE FUENLABRADA. 

A continuación, se publican en nuestra GaCEPA, los artículos escritos por César Luján. Podréis descargarlos en PDF en los siguientes enlaces:

BIOGRAFÍA DE PAULO FREIRE (por César Luján)
CÓMO REDACTAR TRABAJOS ACADÉMICOS (por César Luján)

1.- CÓMO REDACTAR TRABAJOS ACADÉMICOS

INTRODUCCIÓN
     A lo largo de nuestra trayectoria académica, a menudo nos veremos ante la tesitura de preparar y presentar trabajos escritos evaluables por el profesorado como requisito para la superación de determinadas materias. Algunos estudiantes ven esta forma de evaluación como algo difícil de abordar, por cuanto perciben la recopilación, ordenación adecuada y presentación de los materiales como una tarea ardua y difícil de llevar a puerto sin seguir directrices más o menos intrincadas o sujetas a discrecionalidad.
     ¡Todo lo contrario! La preparación de trabajos académicos es algo tremendamente regulado y estandarizado en todas las comunidades estudiantiles, dada la conciencia del poder de transferencia de conocimientos que puede conllevar materializar el estudio de una determinada materia bajo las formas del lenguaje escrito. En las siguientes líneas, vamos a ver una serie de argumentos cuyo objetivo será transmitir la idea de que, siguiendo unas determinadas pautas de planificación, no ya sólo la obra terminada, sino el propio proceso de preparación de los trabajos puede ser algo gratificante y constructivo para nuestra trayectoria educativa, pues hemos de intentar también aprender del propio camino seguido como aspiración de mejora en los siguientes pasos que vayamos dando en nuestro devenir académico.
     No por ello dejaremos de lado el objetivo de realizar trabajos merecedores de una buena calificación, que también. Vamos a aprender que, con cada trabajo, sentaremos nuevas pautas para que el siguiente no sólo sea mejor, sino que nos cueste menos tiempo y recursos realizarlo, disfrutando además de los conocimientos adquiridos por el camino.
     Os animo a leer las siguientes líneas. Que cada uno siga más intensamente las pautas que mejor se adecúen a su estilo, o incluso puede que algunos se sientan animados a poner en práctica cosas que hasta ahora pasaban por alto. Si de esta lectura se deduce que los lectores se deciden a hacer propias algunas pautas de mejora para su vida académica, estará cumplido con creces el objetivo con que estas palabras fueron escritas.

PREPARACIÓN DEL TRABAJO: PLANIFICACIÓN Y PRE-ESCRITURA:
     No hay una regla fija para hacer un trabajo. Sí existen muchas reglas fijas sobre cómo realizar aspectos concretos, como la inserción de citas, la presentación de conclusiones o la confección correcta de una Bibliografía. Estos son aspectos aplicados que trascienden el ámbito de este artículo y que quien esté interesado podrá encontrar en la bibliografía. Pero, dentro de que tendremos cierta elasticidad para seguir nuestra receta, existen unos principios generales que, bien aplicados, nos permitirán crear de antemano los “raíles” por los que discurrirá el proceso entero de confección de nuestro trabajo. Nos fijaremos más en estos, pues son más transversales y los podremos aplicar a una variedad más extensa de trabajos.
     Contra lo que pudiéramos pensar, escribir un texto académico tiene menos que ver con la exhaustividad del texto, contando con obtener un calificación proporcional al esfuerzo de recopilación realizado y a nuestra aparente creatividad, que con realizar un acto de comunicación efectivo, que destaque aspectos nuevos del aspecto estudiado, o que los aborde de una forma diferente, pero siempre bajo un prisma de claridad, objetividad y búsqueda de una sistematización de los datos que hagan más fácil el procesamiento posterior de la información. En este orden de cosas, podemos decir que operaremos bajo estas líneas principales, que desarrollaremos seguidamente:
     PRECISIÓN: 
Uno de los peores enemigos de la calidad de un trabajo académico es la vaguedad, entendiendo por tal la falta de orientación del trabajo a una determinada línea de estudio, o a un determinado colectivo lector, que imposibilite el seguimiento de la secuencia de objetivos o finalidad del mismo.
Precisar el alcance de nuestro trabajo pasará por que nos auto-planteemos una serie de preguntas clave, que acotarán los verdaderos objetivos del texto, definiendo puntos de partida, destinatarios de la información y puntos de llegada deseados. Una batería-tipo de estas preguntas preliminares podría ser:
     ¿Cuál es el objetivo de nuestro trabajo?
     ¿A quién irá dirigido?
     ¿Qué información es imprescindible?
     ¿Cómo debe organizarse la información?

     PLANIFICACIÓN  Y PRE-ESCRITURA:
Una vez nos hayamos contestado a las preguntas preliminares, habremos definido muchos de los hilos conductores que han de guiar nuestro trabajo como, por ejemplo, la adecuación del tono de la escritura que debemos emplear, que será la más idónea para nuestro auditorio (emplearemos estilos diferentes si vamos a exponerlo públicamente o no, si va destinado a estudiantes de otros ámbitos distintos al nuestro, etc.).
También habremos configurado los contenidos esenciales que deseamos estén presentes. Si se trata de un trabajo individual, el profesor ya nos pueda haber dado un guión de partida. Y si se trata de un trabajo en grupo, debemos consensuar con nuestros compañeros, a través de las preguntas-clave, qué estimamos como contenidos imprescindibles en nuestro trabajo. Esto ya puede darnos pie a elaborar una preescritura del mismo, que no será otra cosa que un guión esquemático a seguir para ir buscando e incorporando los contenidos enriquecidos cuando consultemos bibliografía, o bien cuando desarrollemos experimentos o prácticas de campo detalladas, si es que estamos realizando un trabajo científico.
Además, podemos contar con herramientas de eficacia probada en la definición del guión de partida. En este contexto, destacaremos dos: La “Tormenta de Ideas”  y los “Mapas de Ideas”:
La “Tormenta de Ideas” es una dinámica de trabajo que encaja idóneamente con trabajos grupales, ya que su puesta en práctica ideal comporta la comparecencia de los miembros del grupo de trabajo, de entre los que se designa un moderador para conducir la reunión y los acuerdos adoptados. Pero nada nos impide aplicarlo a escala individual, pues igualmente podemos consultar a personas de nuestra confianza para que nos aporten sus puntos de vista. Esta dinámica es muy indicada para, una vez marcada una línea maestra, por ejemplo, para los contenidos, comenzar a generar, del modo más abierto posible, ideas creativas, participativas y enriquecedoras que constituyan los auténticos núcleos de desarrollo de nuestro trabajo. En una segunda fase, las ideas brutas se valoran y, si se consideran aptas, se encajan en alguno de los puntos del guión-borrador, para su desarrollo final.
Por lo que se refiere a los “Mapas de ideas”, se trata de una variante del anterior, en las que se trabaja la asociación de ideas de un modo gráfico (se van representando en forma de flujograma), pero además, bajo un principio de asociación, haciendo que unas ideas sean derivadas de otras, y creando en ellas una jerarquía que nos puede resultar de utilidad a la hora de crear la estructura de nuestro trabajo.
     FORMAS Y ESTILOS DE PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN:
Con nuestro guión-esquema, nuestra definición de objetivos y nuestra recolección de ideas ya tenemos mucho adelantado para comenzar el desarrollo en sí, sin embargo, aún quedan aspectos importantes que concretar. Aquí volvemos a conectar con los aspectos comunicativos de nuestra expresión escrita, pues ahora tenemos definido nuestro auditorio. Ahora, tendremos que hacer un esfuerzo por adecuar el lenguaje que vamos a emplear. Recordamos que tendremos mucho ganado si anteponemos la claridad del lenguaje a un formalismo gramatical excesivo y a una proliferación de formas de expresión innecesariamente complicadas, entendidas erróneamente como muestra de que se domina la terminología sobre una materia. Con una buena estructura, pensada por y para la comprensión del lector, el lenguaje más sencillo puede ayudar más a la comprensión que el argot más culto y ortodoxo del que podamos hacer uso.
Por forma de presentación de la información entenderemos la estrategia conforme a la cual vamos a ir desgranando el esquema anterior en función de nuestro objetivo final: el esclarecimiento de unos hechos históricos o la exposición de unos resultados de laboratorio para dilucidar la utilidad de un compuesto químico, por ejemplo. Será diferente en función de la materia del trabajo o del ámbito a cubrir, pero tendrá siempre presente el servir a nuestros fines. Algo parecido a cómo un abuelo contaría un cuento a su nieto: buscando sorprenderle en ocasiones, en otras aclararle por qué ha pasado algo y, en todo momento, manteniendo su interés en vilo hasta el desenlace final.
Algunos de los tipos de organización más conocidos se enumeran a continuación:
CRONOLÓGICO: 
Su ordenación de hechos se basa en disponerlos según han sucedido en el tiempo. Puede ser inverso, si comienza con el desenlace y va desentrañando qué hechos llevaron a tal resultado, como es fácil de ver en determinados documentales de contenido histórico.         
CAUSAL:
Predomina el análisis de las causas que motivaron una determinada situación, tratando de justificarla como resultado de la exposición previa
COMPARATIVO:
La técnica expositiva básica consiste en contrastar propuestas diferentes acerca de un tópico o materia. Por ejemplo, es habitual emplearlo cuando tenemos que establecer diferencias y semejanzas, o también pros y contras de una idea, para defender su aplicabilidad o conveniencia frente a otras.
RESOLUTIVO:
Semejante al anterior, la diferencia principal estriba en que el método de trabajo consiste en exponer un problema e ir realizando una discusión argumentativa de sus posibles soluciones, optando por la justificadamente más conveniente.
JERÁRQUICO: 
Los temas se abordan directamente por orden de importancia. Hay veces, sobre todo en un contexto periodístico, que se colocan primero los más relevantes. Pero también puede realizarse una introducción para preparar al lector antes de abordar la cuestión principal.
MÉTODOS PARA TRABAJOS CIENTÍFICOS:
Siguen la línea de los métodos principales de argumentación en la investigación científica, como son:
-      Inducción: argumentación consistente en la enunciación de hechos parciales para su posterior conexión con una verdad general (“de las partes al todo”)
-      Deducción: opera a la inversa, ya que parte de un argumento amplio o general y lo conecta con los hechos parciales (“del todo a las partes”)

¡AHORA SOLO FALTA ESCRIBIRLO!:
     Bien, ahora que tenemos nuestro planteamiento inicial claro, con objetivos definidos y una serie de contenidos imprescindibles más o menos delimitados en el guión-esquema, ¡sólo nos falta escribirlo!. Sin duda será mucho más fácil si hemos realizado los pasos anteriores con la sistemática adecuada, pero, aún así, deberemos seguir también una serie de indicaciones  puesto que, como hemos dicho anteriormente, queremos guiarnos por una serie de principios como los siguientes:
  1. Suscitar interés en los destinatarios
  2. Mantener el rigor en los datos aportados
  3. Que nuestro trabajo motive a otros o a nosotros mismos a profundizar en el estudio
     Sin duda, la gran pregunta a este respecto será “¿cómo logramos esto?”. Su respuesta es sencilla y difícil a la vez. De forma simplificada, la respuesta podría ser “escribiéndolo bien”.
     IMPORTANCIA DEL LENGUAJE:
Llegados a este punto, nos preguntamos ¿qué importancia tiene el lenguaje empleado?. Tiene una importancia capital. Aunque nos apoyemos en otros medios, gráficos, audiovisuales o de otra naturaleza que hablen por sí sólos, el lenguaje escrito será nuestra herramienta de expresión predominante todo el tiempo. Por eso es vital que sea cuidado y que sirva todo el tiempo a nuestros propósitos. Tenemos que mantener vivo todo el tiempo el interés de las personas a quienes va dirigido, pues aspiramos a la validez de nuestro mensaje y al aprecio del lector. Es algo parecido al “Pacto con el Lector” que, por todos los medios, tratan de establecer los escritores de ficción con sus lectores. Si el lector queda convencido desde un principio de que le agrada lo que está leyendo por que le parece, ante todo, verosímil, seguirá hasta el final. Que el escrito que tiene delante esté ambientado en la Antigua Roma o sea un relato policíaco, lo considerará menos importante.
Tenemos, por tanto, que cuidar lo que escribimos. Sin embargo, escribir bien en este ámbito no es lo mismo que en una obra de ficción, donde buscaremos metáforas, lirismo, o un vocabulario de inspiración artística para conmover. En un contexto académico, recordemos, escribir bien es comunicar bien el mensaje. Para este propósito nos valdremos de un lenguaje que, más que buscar la “belleza”, se guiará por los siguientes principios básicos:
     Avance entre los tópicos tratados sin saltos bruscos o con lagunas
     Claridad y concisión
     Léxico y sintaxis cuidados a nivel de evitar interpretaciones erróneas
     Frases directas y de extensión limitada
     Vocabulario y conceptos acordes a los destinatarios
En función de esto, tenderemos a utilizar las expresiones que, siendo correctas, sean más cercanas a la naturalidad y accesibilidad del lenguaje, logrando una transmisión de ideas válida con concisión, pero sin caer en incorrecciones gramaticales ni tampoco en un lenguaje propio de la fraseología de Tarzán.      Eliminaremos circunloquios y, entre dos sinónimos de un significado, elegiremos el más sencillo. Trataremos de que no florezcan innecesariamente adjetivos y adverbios, pues si nos excedemos en su número, más que aclarar, entorpecen las descripciones.
Por supuesto, deben cuidarse otros aspectos del lenguaje, como evitar toda tendencia sexista, discriminatoria o prejuiciosa hacia los derechos ajenos, pues estamos hablando de una coherencia global de un texto que ha de cumplir un objetivo académico, es decir, guiado por una ética más o menos elevada, y huír de todo otro sesgo.

     ALGUNAS RECOMENDACIONES ESTILÍSTICAS:
     A modo de puntualización sobre lo anterior, listamos algunas ideas que podrán ayudar a depurar nuestro “libro de estilo” personal, y aproximarnos a nuestro objetivo de lograr una redacción comunicativa y efectiva en nuestros estudios. 
     Procuraremos que nuestro lenguaje académico:
     Prefiera expresiones concretas a abstractas: Si fuese imprescindible lo contrario, daríamos ejemplos aclaratorios
     Use expresiones más comunes que ampulosas, para ganar en inteligibilidad
     Huya de circunloquios y rodeos que fomenten la confusión y una interpretación deficitaria
     Evite la sobreabundancia de determinados recursos:
     Voz pasiva: difuminará nuestro lenguaje directo
     Expresiones redundantes
     Elementos de descripción como adjetivos o adverbios
     Fórmulas inadecuadas
     Extranjerismos (particularmente, si hay palabra local)
     Siglas o acrónimos
     Mantenga coherencia en el tono en todo el cuerpo del trabajo (evitando, por ejemplo, la alternancia de un tono coloquial y otro formal)

     RECOMENDACIONES EN LA PRESENTACIÓN DEL TEXTO:
La “presentación”, o forma física en que estructuraremos el aspecto visual del trabajo, será nuestro departamento de marketing. Para darnos una idea de su importancia, pensemos en un reality-show televisivo en donde a unos cocineros noveles se les puntúa tanto la calidad visual del plato que entregan a concurso, como sus propiedades gastronómicas o calidad gustativa (que el espectador no puede percibir). Aquí ocurre algo parecido: la comunicación, como una buena comida, entra por los ojos y, cuidado el aspecto del lenguaje como hemos visto anteriormente, no podemos dejar de cuidar éste, pues nos ayudará activamente a la transmisión y apreciación del mensaje.
Damos a renglón seguido una serie de líneas base a la hora de lograr un toque efectivo con nuestra presentación:
     Estructurar el texto en párrafos preferiblemente cortos, de lectura más asumible y que no produzcan rechazo por su extensión
     Dividir las subunidades en partes tituladas, que den una idea previa de lo que estamos a punto de leer
     Resaltar elementos significativos dentro del texto, incluso presentarlos como listado independiente en lugar de en párrafos si eso facilita su resaltado
     Utilizar formatos holgados, en los que no se apelotone la información
     Complementar con infografías, ilustraciones u otras clases de material gráfico elocuente (aquí, el cliché de “una imagen vale por mil palabras” cobra sentido)
CONCLUSIONES:
            Dominar las técnicas de comunicación escrita es un proceso arduo. Si te decides a aplicar estos consejos (puedes buscar los tuyos propios en la Bibliografía), el primer trabajo te saldrá, digamos, regular, el segundo, mejor; el tercero; muchísimo mejor, etc. Más o menos como en todo aprendizaje.
            Pero irás progresando y habrás echado a andar en un camino que no tiene fin, como no tienen fin las utilidades de definir y desarrollar hasta la excelencia nuestras habilidades de comunicación. Puede que no prolongues el hecho de realizar estudios durante muchos años, pero, si has cultivado estas habilidades, notarás que las puedes aplicar a muchas cuestiones de la vida práctica con resultados ventajosos para tí, como preparar una cuidada acta de tu comunidad de vecinos, si eres el Secretario, o realizar un pliego de descargo ante una multa injusta; sólo por dar ejemplos de lo más cotidiano.
            Como dijo Gerard Piel (Editor de la Revista Scientific American): “Sin la publicación, la Ciencia estaría muerta”. Esto nos da una idea de la importancia de la divulgación del conocimiento, sin la cual muchas actividades humanas no progresarían.
            Y esto, a su vez, no podría tener lugar sin la comunicación escrita.
  
BIBLIOGRAFÍA:
MARÍN, Marta: “Escribir textos científicos y académicos”. Ed. Fondo de Cultura Económica Argentina, S.A., Buenos Aires, 2015.
DAY, Robert A.: “Cómo escribir y publicar trabajos científicos” Ed. Organización Panamericana de la Salud / OMS, Washington DC, USA, 1996.
VARIOS AA.: “Cómo escribir textos académicos según normas internacionales” Ed. Universidad del Norte, Barranquilla; Colombia; 2010.
DINTEL, Felipe: “Cómo escribir textos técnicos o profesionales. Guías del Escritor, nº 15” Ed. Alba, 2005



2.- PAULO FREIRE: UNA BIOBIBLIOGRAFÍA

     INTRODUCCIÓN:

            No podemos formar parte de este centro y no conocer algo de la persona que le da nombre, por tanto, desde estas líneas, recuperaremos algunos datos que nos den idea de la importancia de su figura y su trascendencia para las Ciencias de la Educación. Paulo Freire (1921-1997) fue un educador brasileño, uno de los más importantes del pasado siglo. La importancia de su obra como educador radica en que trasciende la mera generación de conocimiento teorizante acerca de las bases de la Educación, puesto que el enfoque fundamental de su obra es encontrar un nuevo paradigma educativo, cuya piedra angular resida en que la Educación pueda ser la herramienta fundamental en la liberación del hombre de todo condicionamiento económico, cultural o político que le impida una realización plena.

            Aquí, en lugar de una biografía al uso (podemos encontrar muchas en internet u otras fuentes), daremos algunos datos significativos para realizar un primer acercamiento a su figura y planteamientos educativos, que nos sirvan de base para conocer a la figura y su trascendencia.


     IMPORTANCIA Y CONTEXTO:

            Paulo Freire no era educador de formación, sino que estudió Derecho, entre otras materias. No hace demasiados años era algo bastante normal el hecho de que, si uno decidía cursar estudios superiores (especializados, cualificados, universitarios…) era con el ánimo fundamental de dedicarse, por elección propia, a una profesión directamente relacionada. Sin embargo, Pablo Freire logró pronto obtener un puesto relevante en materia de educación en su estado natal, en tanto que su esposa Elza María, maestra, le brindó la oportunidad de tener contacto directo con la realidad educativa de su país, Brasil, en unos momentos marcados por una grave crisis económica y unas altas tasas de analfabetismo adulto.

            El compromiso de Paulo y Elsa con el anhelo de cambio es temprano y llega de la mano del hecho de que, en la realidad sociopolítica que viven, es requisito saber leer y escribir para poder ejercer el voto. Resultaba imposible, en ese orden de cosas, comprometerse con la una realidad educativa injusta sin adquirir implicaciones políticas. Más allá, el cambio que empieza a delinearse en el pensamiento de Freire está tan entrecruzado con el cambio ético, social y político de su entorno vital, que son casi indisociables. 

No obstante su fuerte intuición diagnóstica, nunca basó sus planteamientos de cambio totalmente en ella, sino que bajó desde el principio al terreno a evaluar allí las verdaderas dimensiones del problema a que se enfrentaba, como haría cualquiera que aspirase a actuar con eficiencia. Fue intercalando a su lucidez de análisis de la realidad social un ideario de solidaridad y de supresión de barreras por vía de hechos educativos.
Paulo y Elza eran un binomio de acción. Rápidamente determinaron que era necesario alfabetizar para romper esa dinámica de marginación por la privación de educación que imperaba en su realidad sociopolítica. Así, materializaron lo que se conoce como “método Freire”: un método por el que logró enseñar a más de trescientas personas a leer y escribir en menos de 45 días.

Sin embargo, no tenemos que verlo sólo como pedagogo o como alfabetizador. Esta fue sólo una de las múltiples facetas del poliédrico entramado que constituyó su obra, que se proyecta mucho más allá de un contexto de la mera escolarización. Su dimensión ideológica alcanza cotas muy elevadas en los aspectos de instrumentalizar la educación para el logro de objetivos sociopolíticos y humanísticos, como la identificación con los oprimidos, la creación de conciencia de liberación de estos fomentando en ellos el espíritu de saberse herramientas del cambio y puntos de partida para el mismo.

Para Paulo y Elza el cambio viene de la mano del paradigma educativo. Si pretendemos que la educación cambie al hombre, debemos postular un cambio de modelo, eliminando el modelo preexistente, en el que unos “dictan” lo que “debe saberse”, y otros lo “copian” y lo aplican sólo en el contexto deseado. Freire llama a esto “educación bancaria”, en la que el sistema espera unos réditos, en forma de “ciudadanos domesticados”, a cambio de proporcionarte “píldoras educativas” convenientemente sesgadas.

Freire propone un nuevo modelo, basado en aprender a reflexionar y no a recitar las palabras de otros. A más conciencia del propio papel en el seno del cambio, mayor grado de libertad se alcanzará. Cada hombre puede aportar algo, pues puede dar una respuesta a los retos que le plantea su relación con la naturaleza. Así, todos saben cosas útiles a la sociedad y lucharán durante su vida por aprender las que ignoren, completandose a través del descubrimiento, de la experiencia. El descubrimiento de uno mismo y de la influencia que puede ejercer en su entorno es una de las bases del modelo de Freire para el nuevo aprendizaje, o aprendizaje “dialógico”; destinado, en última instancia, a eliminar las barreras interpuestas para que el oprimido acabe pensando que “así ha de ser”, o que “no se puede hacer nada, y para intervenir ya están los poderosos”.

El impulsar estas ideas, con su fuerte connotación revolucionaria, acarrearon quince años de exilio a Freire tras la involución política y posterior golpe militar de 1964. Desde otros lugares retoma su lucha contra el dolor de los oprimidos, que plasma en sus obras, una de las cuales lleva por título, “Pedagogía del oprimido”. Durante su exilio y a su retorno a Brasil, continúa junto a su mujer Elza su edificadora labor, que aúna, a la revolución pedagógica que propone, un ideario de base humanística que algunos han llegado a comparar, por las reverberaciones religiosas de la educación católica de ambos, a la Teología de la Liberación. Cuando ella muere en 1986, él se centra más en la docencia y el la escritura, recogiendo su obra un eco internacional considerable en forma de 35 doctorados honoris causa y una candidatura al premio Nobel de la Paz.

Es una figura insustituible en el ámbito de las Ciencias de la Educación, aún hoy en día no estudiado con la profundidad debida, quien nos ha legado una concepción de la educación vinculada a la concepción de la persona como ente activo de transformación de la sociedad y de creación de libertad para ella misma y sus semejantes por vía del rechazo al dogmatismo, generador de cortapisas, y de una creatividad crítica infatigable, motor de la búsqueda de nuestras propias preguntas y respuestas, y puesta al servicio de la justicia y la liberación humanas.

Seguidamente veremos algunos extractos de sus obras más destacadas, como forma de detallar sus postulados y, también, como posible animación a la lectura a toda persona, docente o alumno, interesada por la trascendencia de la labor educativa.


LA EDUCACIÓN COMO PRÁCTICA DE LIBERTAD:

            Obra escrita en su exilio chileno hacia 1965, en la que lanza sus postulados en contra de la educación tradicional como “domesticadora del hombre”, en pro de su paradigma liberador. Parte de unas bases humanísticas, en las que el hombre debe ceder en su visión de que “está en el mundo” para “acomodarse o ajustarse” al mundo. Más bien debe aceptar la visión de que “está con el mundo”, lo cual acarrea consecuencias como que acentuará su espíritu crítico ante las cosas del mundo que le desagraden, creando evolución y cultura, y eliminando un inmovilismo interesado:


“A partir de las relaciones del hombre con la realidad, resultantes de estar con ella y en ella, por los actos de creación, recreación y decisión, este va dinamizando su mundo. Va dominando la realidad, humanizándola, acrecentándola con algo que él mismo crea; va temporalizando los espacios geográficos, hace cultura. Y este juego de relaciones del hombre con el mundo y del hombre con los hombres, desafiando y respondiendo al desafío, alterando, creando, es lo que no permite la inmovilidad, ni de la sociedad ni de la cultura. Y en la medida en que crea, recrea y decide se van conformando las épocas históricas, El hombre debe participar de estas épocas también creando, recreando y decidiendo.” 

(Educación como práctica de libertad, cap.1: La Sociedad Brasileña en transición)

Esta es la actitud que, para él, rompe con la impotencia y el conformarse con satisfacer la expectativa ajena, comenzando a buscar cómo ha de formularse deseos y aspiraciones propias en búsqueda de su propia plenitud.

Contextualiza esta necesidad en el ámbito de un Brasil cambiante que no ha podido evolucionar por la imposición de intereses de los agentes a quienes interesaba el estancamiento educativo de la población:

“Representantes de élites dirigentes, hasta entonces inauténticas por estar superpuestas a su mundo, comienzan a integrarse en él. Un mundo nuevo se eleva delante de ellos, con matices hasta entonces desconocidos. Ganan, poco a poco, la conciencia de sus posibilidades, como resultado inmediato de su inserción en su mundo y de la captación de las tareas de su tiempo o de la nueva visión de los viejos temas. Comienzan a hacerse críticos y, por ello, renuncian tanto al optimismo ingenuo como a los idealismos utópicos; y en cuanto al pesimismo y a la desesperación, se tornan críticamente optimistas. Cuando comienzan a verse con sus propios ojos y se consideran capaces de proyectar, la desesperación de las sociedades alienadas pasa a ser sustituida por esperanza. Sucede esto cuando van interpretando los verdaderos deseos del pueblo.”
(Educación como práctica de libertad, cap.1: La Sociedad Brasileña en transición)
En esta misma obra, dedica un capítulo entero, (el cuarto), titulado “Educación y Concienciación”,a resumir sus experiencias pasadas, cuando aún era parte activa de la administración educativa, centradas en la alfabetización directa, pero no exclusivamente basadas en ella, sino en una reflexión de enfoque profunda alrededor del papel activo del hombre en su propia educación, partiendo de la premisa de romper con el conformismo y saberse activo en las relaciones con el mundo y la naturaleza, con la que crear cultura que, a su vez, le creará a él, nuevo y evolucionado, capaz de liberarse creando conocimiento:
“Basta ser capaz de saber, aun cuando sea un saber meramente vulgar. De ahí que no haya ignorancia absoluta ni sabiduría absoluta[79]. Sin embargo, el hombre no capta el dato de la realidad, el fenómeno, la situación problemática pura, En la captación del problema del fenómeno, capta también sus nexos causales, aprehende la causalidad. La captación será tamo más crítica cuanto más profunda sea la aprehensión de la causalidad auténtica. Y será tanto más mágica en la medida en que se haga mínima la aprehensión de esa causalidad, mientras que para la conciencia crítica la propia causalidad auténtica está siempre sometida a su análisis; lo que es auténtico hoy puede no serlo, mañana para la conciencia ingenua, lo que le parece causalidad auténtica, que en realidad no lo es, tiene este carácter de autenticidad en forma absoluta.
La conciencia crítica «es la representación de las cosas y de los hechos como se dan en la existencia empírica, en sus correlaciones causales y circunstanciales».”
(Educación como práctica de libertad, cap.4: Educación y Concienciación)


PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO:

            Publicado hacia 1970, a continuación del “Educación como práctica de Libertad”, y dedicado a acentuar más la vertiente sociopolítica de su humanismo, en un momento dado se focaliza en puntualizar cómo operan las generatrices de alienación del hombre a partir del binomio “opresor+oprimidos”, y de los peligros de afrontar el cambio por las posibles desviaciones interesadas de los regímenes opresores: 

            “Reconocemos que, en la superación de la contradicción opresores- oprimidos, que sólo puede ser intentada y realizada por éstos, está implícita la desaparición de los primeros, en tanto clase que oprime. Los frenos que los antiguos oprimidos deben imponer a los antiguos opresores para que no vuelvan a oprimir no significan la inversión de la opresión. La opresión, sólo existe cuando se constituye como un acto prohibitivo al “ser más” de los hombres. Por esta razón, estos frenos, que son necesarios, no significan, en sí mismos el que los oprimidos de ayer se encuentren transformados en los opresores de hoy.”

            Más adelante, acota:
“Los oprimidos de ayer, que detienen a los antiguos opresores en su ansia de oprimir, estarán generando con su acto libertad, en la medida en que, con él, evitan la vuelta del régimen opresor” (...)
“...Por otra parte, en el momento en que el nuevo poder se plasma como «burocracia»[15]dominadora se pierde la dimensión humanista de la lucha y ya no puede hablarse de liberación.”
(Pedagogía del Oprimido, Capítulo 1)
La conclusión de lo anterior es que la capacidad de humanizar que comporta la educación, no pertenece a nadie. De ese modo, no existe el derecho propietario de los opresores, ni subversión ninguna por parte de los oprimidos. Nadie puede prescribir a nadie su finalidad en la vida y la vía de lograr esto pasa por el nuevo paradigma educativo, que rechaza que alguien, por su condición social, pueda verse privado de ser algo, de “ser más”, que Freire repite constantemente. El hombre que abraza este nuevo paradigma de liberación, lo hace convencido de que deja de ser un “objeto”, manejado por los poderes opresores, y pasa a ser un “sujeto” libre, con capacidades de elección y decisión.
En cuanto a los rasgos de la “Educación Bancaria”, sesgada y dosificada por el poder para cosificar y robotizar a los educandos, Freire enumera los que considera sus rasgos principales, para que el oprimido descubra con qué modelo debe romperse o cómo el opresor intentará sabotear su búsqueda de “ser más”:
     Petrificación de los contenidos por medio de la narración estática, en lugar de poner el énfasis en el aspecto interpretativo-crítico.
     Disertación apoyada en la “sonoridad” de la palabra y no en su “fuerza transformadora” (las tablas de multiplicar, la lista de capitales)
     Depósito de conocimientos que se archivan hasta que el sistema te los demanda (sin que ello implique que sean útiles al sujeto)
     Papeles fijos: El educador (sabe-habla-piensa), los educandos (ignoran-callan-son pensados)



            Matiza Freire, respecto a su propia concepción del educando como potencial transformador del mundo:
            Cuanto más se ejerciten los educandos en el archivo de los depósitos que les son hechos, tanto menos desarrollarán en sí la conciencia crítica de la que resultaría su inserción en el mundo, como transformadores de él. Como sujetos del mismo.
(Pedagogía del Oprimido, Capítulo 2)
Puesto que para él, la piedra angular de la educación bancaria es la anulación del poder creativo de los educandos, haciéndoles ingenuos y neutralizando su poder crítico, para preservar el statu quodel opresor. Mientras que, en su visión, el poder creador es justamente el principal valor de acción, de un modo parecido a como Fromm equiparaba control (opresión) con la posesión de conocimientos “muertos”, que él denominaba necrofilia. En el modelo que él propone, es vital la superación del modelo de educando como paciente o pasivo:
“De este modo, el educador ya no es sólo el que educa sino aquel que, en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien, al ser educado, también educa. Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en que crecen juntos y en el cual «los argumentos de la autoridad» ya no rigen. Proceso en el que ser funcionalmente autoridad, requiere el estar siendo con las libertades y no contra ellas.”
(Pedagogía del Oprimido, Capítulo 2)
Aquí presenta la “dialogicidad de la educación”, que no es otro concepto que educar basándose en el diálogo de los actores implicados, en una doble dimensión: ACCIÓN y REFLEXIÓN. Decir la palabra verdadera (conocimiento) porque se tiene el derecho de decirla y porque propicia el encuentro de los hombres para iniciar la transformación del mundo:
“Si diciendo la palabra con que al pronunciar el mundo los hombres lo transforman, el diálogo se impone como el camino mediante el cual los hombres ganan significación en cuanto tales.”
“En una visión liberadora y no «bancaria» de la educación, su contenido programático no implica finalidades que deben ser impuestas al pueblo, sino, por el contrario, dado que nace de él, en diálogo con los educadores, refleja sus anhelos y esperanzas. De ahí la exigencia de la investigación de la temática como punto de partida del proceso educativo, como punto de partida de su dialogicidad.”

(Pedagogía del Oprimido, Capítulo 3)
EL MAESTRO SIN RECETAS (PEDAGOGÍA DE SUEÑOS POSIBLES II):
     Publicado en 2001, tras la muerte de Freire, aborda el tema de educar al educador y la extrapolación de su modelo y postulados educativos a otros contextos, principalmente norteamericanos. En esta obra intenta situar la cámara en el otro lado y abrir la conciencia de los educadores desde una perspectiva principalmente ética, partiendo de la premisa de que el educador ha de convencerse de que, en este paradigma, ayudará a ser un formador de personas, y nunca un entrenador de papagayos. 
     En esta y otras obras, se enfoca en el docente, particularmente alertando de que no puede dejar de ser garante de valores éticos en un mundo que los pierde a pasos agigantados “por obra y gracia de las prioridades del mercado”.Para Freire, el idealismo ético es visto por el opresor como romanticismo inoperante, rechazable; sólo por que interfiere en el camino neoliberal de acumulación de riqueza:
Cuando se acepta el papel de ser una simple máquina de conocimiento según los límites que imponen las necesidades del mercado —que consideran a los alumnos como simples consumidores de conocimiento— se cae en la trampa, en la verdadera manipulación ideológica que niega la posibilidad de articular el mundo como un tema de la historia y no sólo como un objeto a ser consumido y descartado.
(El maestro sin recetas, Capítulo “Es necesario mantener la claridad ética”)
            Además se tratan muchas otras cuestiones relativas a qué limitaciones encontrará el docente para construir una dinámica dialógica en sus clases. Por ejemplo, las limitaciones propias del lenguaje oral o escrito. Psicológicamente podemos estar condicionados por la noción de “completud” del texto que integra “la unidad didáctica” o, más tradicionalmente, “la lección”. Pero también es importante predisponerse a abordar cada texto como incompleto o abierto, pues ello alimenta la creatividad y criticidad:
“El lector puede abordar el texto como inmovilizado o abierto. Un texto excelente es aquel que puede trascender su lugar y su tiempo. La noción de un texto inmovilizado por falta de oralidad es un equívoco de la naturaleza de la obra escrita. Platón, por ejemplo, es un verdadero ejemplo de texto dialógico que no puede ser inmovilizado en el tiempo y el espacio. Porque si la obra de Platón fuera un texto inmovilizado del pasado remoto, la gente ni siquiera sabría que Platón existió. De hecho, Platón está siendo interpretado y reinterpretado mientras nos movemos a través de los siglos”.
(El maestro sin recetas, Capítulo “La noción de completud en la comunicación...”)

En conclusión, desde estas líneas no es posible abordar exhaustivamente el gran abanico de propuestas innovadoras que Paulo Freire puso en práctica durante su infatigable periplo vital. Vamos a beneficiarnos, un tanto egoístamente, del concepto de “texto abierto” que extraíamos de la última de las obras que hemos revisitado, para no cerrar éste, sino dejarlo como una invitación abierta a explorar la vida y obra de esta importantísima figura en el contexto del desarrollo de las Ciencias de la Educación desde una perspectiva humanística y constructiva. 

Los rasgos fundamentales de sus postulados fueron la creatividad, el espíritu crítico y la necesidad de aspiraciones vitales del hombre, como constructor activo y selectivo de su propia formación como ser humano. ¿Alguien puede o quiere rebatir que son estas personas (las creativas, las que no se conforman, las que mantienen a la vista un firme propósito) quienes terminan aportando innovaciones y conocimientos que mejoran la vida de todos?




Fuenlabrada, 12 de agosto de 2019  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas destacadas