Cuando uno piensa en Prado del Rey, se imagina cómo pueden ser sus instalaciones, pero la realidad casi siempre, y sobre todo en este caso, son inmensamente superiores a lo imaginado. Es un complejo enorme que se compone por diferentes edificios, todos ellos equipados con la mayor tecnología a fin de darnos una calidad magnífica tanto en imagen como en sonido.
Comenzamos la visita atravesando un corredor donde pudimos contemplar cómo habían evolucionado los equipos, como tocadiscos, gramófonos, etc, a lo largo del tiempo.
También tuvimos la oportunidad de entrar al estudio de RNE, vimos, rodeamos e incluso furtivamente tocamos suavemente, como el que toca una mariposa a fin de no romperla, la mesa del estudio.
Posteriormente tuvimos la suerte de presenciar un concierto en Radio 3, un placer para los sentidos, poder ver y escuchar a una banda en directo, mientras todos los técnicos, productores, azafatas… etc, realizan un trabajo minucioso a fin de que nos llegue a nuestros “transistores” un sonido perfecto. Entrar en una unidad móvil, fue una experiencia verdaderamente inolvidable, al subir las escaleras y ver todo su equipamiento, mi memoria se trasladó inmediatamente a las tardes que acompañando a mi padre, veía la vuelta ciclista a España. Parece mágico que una imagen en movimiento con toda la dificultad que tiene, llegue a nuestras pantallas al instante y con una calidad impresionante.
En el recorrido de las instalaciones, también nos dieron la oportunidad de entrar en el plató de televisión, donde en ese momento se estaba emitiendo en directo para toda España, el programa ”Hablando claro”. Un plató grandioso, con un suelo similar a un espejo que hacía que aún pareciera más grande. En ese momento los regidores, cámaras, técnicos, etc, estaban realizando su trabajo, mientras que los presentadores hacían una conexión con el exterior, ellos parecían estar ajenos a todo ello, no más lejos de la realidad, todo debe estar perfectamente supervisado y unido.
Finalmente visitamos unos almacenes, donde pudimos una innumerable cantidad de objetos de atrezo y escenografía, gracias por ese momento, mi subconsciente inmediatamente se trasladó a la niñez, allí estaba la “Ruperta”, tantas y tantas noches del 1,2,3….., una agujita se clavó rápidamente en el corazón añorando todos y cada uno de los momentos de mi infancia.
Para terminar y no por eso tener menos importancia, sino todo lo contrario, quiero dejar mi total agradecimiento a Isabel como organizadora de la salida y a su marido Miguel Angel, trabajador de RTVE, que nos permitió conocer todas las instalaciones y nos explicó los pormenores del recinto, contestando a todas y cada una de nuestras preguntas.
Un verdadero placer y GRACIAS por cumplir uno de mis sueños.
Yolanda Santos de Felipe, N2 BT
