jueves, 10 de enero de 2019

EXCURSIÓN Y CRÍTICA TEATRAL (NIVEL II): PAREJA ABIERTA, por ÁNGEL BORGE PÉREZ

Aquel día, predispuesto a ser malo dada la fecha coincidencia de fecha Martes 13, fue cambiando para tornarse en una tarde maravillosa. Esos nubarrones negros que aceleraban la noche y que amenazaban con tormenta no pudieron con el espectáculo que presenciamos y la sensaciones que creo todos los presentes sentimos.

Para poner en situación a quien esté leyendo estas lineas indicaré que aquella tarde desde el instituto haríamos nuestra primera salida del curso para presenciar una obra de teatro. No empezaron muy bien las cosas ya que la clase anterior a la hora pactada para la salida se demoró más de la cuenta y tuvieron que venir a buscarnos para que pudiéramos llegar a tiempo a la representación. Una vez nos montamos en el autocar pude observar en el mismo la grandeza de materiales con los que estaba construido y el confort que ofrecía lo que me animó, ya que pensé que seria una tarde maravillosa.

Desafortunadamente teníamos que acudir al centro de Madrid un viernes por la tarde y todo indicaba que el camino, aunque no largo, sí sería pesado por el tráfico que suele haber en la ciudad a primera hora de la tarde un viernes; aunque, bueno, en realidad casi a cualquier hora y cualquier día.

Alumnos del nivel II DA1
Como estábamos tratando en clase el tema del Romanticismo intenté pensar que el viaje seria un viaje al pasado, al tan ansiado siglo XIX y que tenía un marco tan incomparable como la ciudad de Madrid y la zona centro donde tantas y tantas historias ocurrieron y tan bien fueron narradas. Una vez el carruaje (pongámonos un poco en situación) llego a su destino y nada más bajar del mismo, pude observar el incomparable marco de la Iglesia de San Francisco el grande con su cúpula, esa cúpula solo superada por la de la ciudad de Roma. La noche ya había caído y el cielo no mostraba ni una sola estrella, tan solo la amenaza de descargar tormenta en principio, y lejos de acelerar el paso por el apremio que deberíamos tener por llegar a la obra nos detuvimos unos cuantos del grupo para inmortalizar el momento. Me alegre profundamente de vivir en este siglo y no en el que me encontraba inmerso, ya que no nos haría falta una larga espera para que el pintor pudiera inmortalizar el momento, sino que esos magníficos aparatos que son los móviles harían el resto. Tras aquel pequeño parón nos alejamos un poco del grupo que ya se había internado por esa amalgama de calles estrechas y edificios de la zona donde todo era posible, desde un duelo de caballeros hasta un partida de cartas en algún oscuro lugar donde hubiera gente de malvivir. La visión de lo que creíamos eran unos de estos últimos personajes nos hizo acelerar al paso hasta llegar a nuestro destino.

Cartel de la obra
La entrada al edificio era pequeña, al igual que la calle, pero tenía un aspecto muy acogedor, ¡cuántas veces y en cuántas situaciones alguien habría traspasado aquella puerta dirigiéndose a su destino! Una vez dentro bajamos hacia esas cuevas tan típicas de otro tiempo en el cual creía encontrarme y donde al igual que cite anteriormente se podían imaginar todo tipo de escenas. Era momento de retornar al presente, ya que el tema de la obra en nada se parecía a lo vivido en la época en la que me encontraba, por lo que tras un mínimo chasquido me encontré con mis compañeras y amigas tomando un refresco para hacer tiempo, ya que finalmente habíamos llegado un poco antes de la hora. Volvimos a subir la escaleras de la cueva y entramos en un teatro que sí nos podría trasladar a los de la época, sobre todo por su tamaño y por la cercanía que tendrían los artistas hacia nosotros. Era un teatro de un tipo que no conocía y de un tipo que finalmente me dejo maravillado, me dirigí a la segunda o tercera fila y nos sentamos.

La obra “Pareja Abierta” de Dario Fo transcurrió durante unos setenta minutos. Los protagonistas hicieron un insuperable trabajo interpretativo, transmitían perfectamente humor y drama y a lo largo y ancho de la obra fueron convenciéndonos para esos aplausos finales más que merecidos. De hecho, y para dar más juego, interactuaron con nosotros y pudimos descubrir a nuestra compañera Marilyn, quien fácilmente puede acabar encaminando sus pasos hacia el teatro, ya sea profesional o aficionado, puesto que dio muestras de unas tablas que, aunque no adquiridas con anterioridad, sí pueden serlo en un futuro.

La obra finalizo más rápido de lo que me hubiera gustado, ya que si se hubiera duplicado su duración nada habría ocurrido. En un gran detalle de los actores y el director se sentaron para que los presentes pudiéramos satisfacer nuestra curiosidad y dudas al respecto de su vida y obras. Si antes habíamos descubierto una gran actriz ahora lo que se venía encima era igual de importante, ya que no sé si los presentes quedamos anonadados o bloqueados por la obra o cuales serian los motivos pero nadie preguntaba, hasta que David empezó a bombardear con preguntas una y otra vez a los profesionales para el disfrute de los allí presentes. Solo le faltó la libreta pequeñita y el lapicero ademas de un cámara para hacer un programa de cultura de esos de la 2. La charla y las preguntas fueron muy satisfactorias para todos y creo que gracias al periodista pudimos llevarnos mucha información.
Alumnas de nivel II en la parte subterránea del teatro

Nos disponíamos a salir del teatrillo, (no se tome como despectivo) y a dirigirnos nuevamente a la oscuridad de esas calles castizas antes citadas, no había tiempo para poder viajar al siglo XIX nuevamente, ya que la falta de tiempo hacía que el viaje al pasado no pudiera ser tan largo como yo desearía. Con lo que me quedo es con que debo volver a la zona sin prisa y en una tarde similar para realmente volar al pasado, dada esa falta de tiempo indicar que fuimos por las calles que habíamos vuelto entre risas comentando lo que nos había gustado a todos la obra y con la idea de realizar propuesta para repetirlo cuanto antes y cuantas veces fuera posible.

Nos subimos en el autocar y poco a poco la magia empezaba a desparecer, me enfrentaba nuevamente a la realidad, a esa realidad que como la tormenta para mí ahora es algo oscura y de la cual lucho para salir.

ÁNGEL BORGE PÉREZ

3 comentarios:

  1. Ángel, no te desanimes por volver a la realidad. La necesitamos para saber qué necesitas desconectar de ella. 😀 Un abrazo desde seseña 😁

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  2. Gracias compañera se intenta.. Un beso para tus peques y un abrazo al agente 😘

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