viernes, 17 de noviembre de 2023

COMENTARIO SOBRE "PIGMEO", DE CHUCK PALAHNIUK

Pigmeo es una novela de Chuck Palahniuk.

Sobre el autor:

Chuck Palahniuk (1962) es un conocido escritor nacido en Pasco, Washington, al que, si no conoces, quizás le sitúes en el mapa con “El club de la lucha” ópera prima del autor, la cual fue llevada al cine con gran éxito en taquilla. Novelista polémico y ácido a partes iguales, ciertamente experimental, sátiro, sarcástico y crítico con los estándares dictados por la política, la religión y los medios, empezó de manera fortuita podríamos decir, a escribir novelas con más de treinta años, cuando de forma casual y para hacer amigos, acudió a un taller de escritura, lo que demuestra que nunca es tarde si la dicha es buena.
 
Sinopsis:

Un grupo de doce jóvenes espías adolescentes se infiltra en Estados Unidos en un programa de enseñanza y cultura provenientes de un Estado socialista de Asía, el cometido de este grupo de preadolescentes es atentar contra la decadente sociedad norteamericana, los agentes que entran de la manera más absurda e inocente, están preparados y adiestrados desde edad temprana en diferentes materias para la total destrucción del enemigo de occidente.
 
Opinión personal:

Palahniuk no deja indiferente a nadie, como no, con bastante sarcasmo, humor negro y alguna víscera que otra. Desde el primer momento, el autor quiere dejar claro a lo que va y lo que quiere mostrar sin tapujos, nos adentra en la decadencia de la nación norteamericana. Esta novela pone en tela de juicio diversos factores negativos que vive la sociedad del primer mundo. Cada renglón es una puñalada de realidad al modelo de libertades envueltas en alienación, a través de regímenes democráticos y autocráticos, con la prensa y el marketing como principal arma que dispara proyectiles sin descanso, con sus soldados ejecutores en los diferentes medios de información.
 
El papel impreso en este libro es una trituradora, las letras son el engranaje de la máquina que no deja de devorar la hipocresía mercantilizada en la que vivimos inmersos, hay una perfecta analogía, entre el cepillo de la iglesia que pasa de mano en mano alegremente en la que depositas dinero, como lo hace el consumismo desatado y absurdo que nos venden las grandes áreas comerciales, con sus tiendas como concesionarios para dejar nuestro dinero, así convierte templo y mega centros de entretenimiento en una misma cosa, donde la redención y culpa son ofrendas a cambio de una vacua felicidad materialista, una red perfectamente tejida y analizada.

Los medios de comunicación también pasan por la cadena de este artefacto literario, donde las vergüenzas de un sector que hoy ensalzan, moldean y endiosan personajes llevándolos los más elevados altares, para después bajarlo a lo más profundo de los infiernos y viceversa, manejando y alienando a sociedades enteras, carentes de cualquier pensamiento crítico hacia sí mismas y lo que les rodea.

Una novela que en primera instancia puede causar cierta dificultad al leerla y no es por el estilo a veces un poco alocado de Chuck Palahniuk, más bien se puede deber a la primera persona en la que está dinamizado el libro, ya que nos mete en su protagonista, el cual utiliza un lenguaje torpe, típico por del desconocimiento del idioma, utilizando sinónimos y palabras sueltas con onomatopeyas de lo más divertido, pero esa dificultad desaparece pronto, acabas acostumbrándote rápidamente. En este campo de batalla no va a faltar sarcasmo a raudales e inteligentes situaciones desternillantes, encadenadas con una suspicacia e inteligencia tornadas en crítica y denuncia. Risas, diversión, citas históricas y frases célebres de no tan célebres personajes y continuos ataques hilarantes al mundo y la sociedad en la que vivimos, si te atreves adentrarte en esta loca y polémica aventura, no faltarán espías, artes marciales, amores imposibles y giros de guion que te dejarán descolocado.

Fragmentos favoritos:

“Las instalaciones de educación americanas están destinadas a destruir todo el respeto que puedan tenerse a sí mismos”

“La culpa del hombre mitiga la culpa de la deidad. La crueldad humana permite una práctica de mayor crueldad por parte de la deidad”

Juan Carlos Gómez N1 A

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