lunes, 5 de febrero de 2024

RELATO GANADOR CONCURSO N1D

HISTORIA DE NAVIDAD

Esta es la historia de un niño llamado Charlie. Es un chico responsable que iba siempre al colegio, aunque se sentía un poco triste ya que es hijo único, no tiene hermanos ni tampoco tiene un amigo con quien jugar. Pero, lo que él no sabía es que esta noche se llevaría una agradable sorpresa.

Era una fría noche de diciembre de 2020 y la ciudad estaba cubierta por un manto de nieve que brillaba bajo las luces de las farolas. Charlie estaba acurrucado junto a la ventana, observando cómo los copos de nieve caían suavemente del cielo. La emoción de la Navidad llenaba su corazón, y sus ojos brillaban con la esperanza de que Santa Claus pronto estuviera allí.

Justo antes de la medianoche, Charlie escuchó los cascabeles, los cascabeles del trineo de Papa Noel. Corrió a abrir y encontró un paquete envuelto en papel dorado con una cinta roja. Su nombre estaba escrito en letras elegantes en la etiqueta. Con manos temblorosas, abrió el regalo para descubrir un tren de juguete de madera, exactamente el que había pedido en su carta a Santa.

Con el tren en sus manos, Charlie salió a la calle nevada para probar su nuevo juguete.

Mientras jugaba el solo, escuchó un sollozo cerca. Al levantar la vista, vio a una niña sentada en un banco del parque. Se acercó y se presentó:

- Hola, soy Charlie. ¿Cómo te llamas?
- Sarah - respondió ella con voz temblorosa. - Estoy sola en Navidad.

Charlie miró a Sarah y luego a su tren. Sabía lo que tenía que hacer. 

- ¿Te gustaría jugar conmigo? - preguntó, extendiendo el tren hacia ella.

Los ojos de Sarah se iluminaron y una sonrisa se dibujó en su rostro. 

- Qué buena idea, ¡¡claro que sí!! - Exclamó Sarah. 

Juntos, jugaron con el tren bajo la luz de la luna, riendo y compartiendo historias.

Después de conocer a Charlie, Sarah se sintió acogida y feliz. La soledad que había sentido antes se disipó al encontrar a alguien que se preocupaba por ella y que quería compartir su alegría navideña. La amabilidad de Charlie al invitarla a jugar y su invitación a compartir su regalo de Navidad con ella le mostraron que la bondad y la amistad pueden encontrarse incluso en los momentos más inesperados. La noche de Navidad tomó un giro mágico para Sarah, llenándola de esperanza y felicidad.

Mientras la noche avanzaba, Sarah y Charlie se dieron cuenta de que compartían muchas cosas en común. Hablaron de sus sueños, sus juegos favoritos y las aventuras que les gustaría vivir. La risa llenaba el aire frío, y la luz de la luna reflejaba la felicidad en sus rostros.

Sarah, que al principio se sentía sola y olvidada, ahora se encontraba envuelta en una calidez que iba más allá del abrigo que llevaba. La amabilidad de Charlie había tocado su corazón de una manera que nunca olvidaría.

- Charlie - dijo Sarah con una voz suave. - gracias por compartir tu navidad conmigo. Me has hecho sentir muy especial.

Charlie sonrió. 

- No hay de qué, Sarah. La Navidad es para compartir, y me alegro de que estemos juntos esta noche.

Justo entonces, las campanas de la iglesia cercana comenzaron a sonar, anunciando la medianoche. Era oficialmente Navidad. Charlie y Sarah se miraron y, sin decir una palabra, hicieron un deseo silencioso.
A medida que la noche se convertía en día, ambos sabían que esta Navidad sería una que recordarían por siempre. No solo por los regalos o las luces brillantes, sino por el regalo de una nueva amistad que prometía durar mucho.

Esa noche, Charlie no solo recibió un regalo de Navidad, sino que también ganó una amiga.

Jonathan Caballero N1D

1 comentario:

  1. Enhorabuena Jonathan, una muy bonita historia.

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