EL PROBLEMA DEL ALCOHOLISMO

El alcoholismo existe desde que el hombre pisó por primera vez las uvas, pero hasta 1956 no fue reconocido como enfermedad por la AMA (Asociación Médica Americana). Desde entonces, se empezó a tratar e investigar el alcoholismo como una enfermedad. 

Más tarde, hacia 1963, la OMS (Organización Mundial de la Salud) la catalogó como una enfermedad incurable, una vez alcohólico, alcohólico para toda la vida; y progresiva, ningún alcohólico bebe menos, siempre el consumo va a más y es mortal. Esto ayudó a concienciar sobre los peligros que provoca el consumo excesivo de alcohol. 

En España, un psiquiatra, político, literario e intelectual, don Luis Martín Santos, se especializó en el tratamiento de esta enfermedad, dejando un legado que, aunque falleció en 1964, no fue publicado hasta muchos años después. Tiene unos ensayos sobre la neurosis como problema social. Habla de la neurosis alcohólica y de la neurosis sin consumo, pero para mí los pioneros en materia del alcoholismo fueron los grupos Oxford; de estos grupos deriva la comunidad de Alcohólicos Anónimos, que desde hace 90 años ayuda a estas personas a recuperarse del alcoholismo en un plano altruista y espiritual.

Cuando el 10 de junio de 1935 un corredor de bolsa que había permanecido sobrio durante seis meses buscó ayudar a un médico para mantener su sobriedad, descubrieron que esa ayuda mutua les mantenía sobrios. Estas personas tenían familia, concretamente esposas, que, hablando entre ellas, se dieron cuenta de que la enfermedad de sus maridos las había enfermado también y en 1951 se creó Al-Anon.

Al-Anon es una comunidad que ayuda a los familiares y amigos de A.A. a recuperarse; años de convivencia con la enfermedad del alcoholismo enferman a quienes lo rodean. Esta sería la neurosis de Martín Santos definida como neurosis no alcohólica. El intentar controlar que el adicto no consuma, intentar que cambie, controlar dónde va, qué hace, por qué miente y un largo etc. vuelve neuróticos a esposas, niños, amigos. 

Anne y Lois empezaron a reunirse con otros familiares de alcohólicos y a trabajar el mismo programa de 12 pasos con el que sus maridos trabajaban para su recuperación. Lo único que varía es el primer paso, o mejor dicho, la primera parte del primer paso; los familiares no son impotentes ante el alcohol, sino ante el alcohólico. Dejar de controlar, limpiar los escombros de resentimiento y practicar los 36 principios, que son netamente espirituales, hace que sus vidas sean felices y útiles.

En la biblioteca del CEPA Paulo Freire se puede encontrar información sobre esta asociación por medio de la revista “Serenidad”. En ella hay compartires de miembros que son el vivo testimonio de la vuelta a la vida, a sus vidas. También teléfonos y correos electrónicos.

La comunidad de Al-Anon es gratuita y se encuentra en varias provincias de nuestro territorio y a lo largo de todo el mundo. Agradezco a la Gacepa la difusión de esta información y de otras muchas. ¡Felices y serenas 24 horas a tod@s!

María Jesús Cortinas, N2 distancia (turno de tarde)