martes, 15 de mayo de 2018

LA NIÑEZ DE ANTES

Entrevistamos a nuestra madre, Hortensia, porque llama la atención comparar la niñez de antes con la de ahora. 

LA NIÑEZ DE ANTES SEGÚN HORTENSIA

Mi madre cuenta que ella con sus siete hermanos se lo pasaba muy bien, aunque no tenían de nada. Era la mayor de siete hermanos y sus padres tenían que ir al campo. Mientras, mi madre tenía que cuidar de sus hermanos y hacerles la comida. No pudo ir al colegio, pero se lo pasaban muy bien de niña porque salían todos a la calle a jugar con otros niños. Jugaban a la comba, a los calzones, al churro va, a la gallinita ciega y a una serie de juegos que hoy en día los niños de ahora ya no practican porque ya no juegan a nada, solo están con el móvil y aburridos de todo, así que todo aquello ya se ha perdido. 
Imagen de la familia de Hortensia en otra época

Después no tenían mucho para comer, aunque hacían la matanza del cerdo y comían cocido o morcilla, chorizo, etc.... Mi madre me cuenta que mi abuela les hacia una comida especial en navidades, que era un brazo de patatas con pescado y mayonesa pero que como eran tantos, tocaban a una gamba y un calamar. El postre era una Macedonia con frutas que recogían del campo que tenían. 

Luego, cuando llegaba el día de fin de año, como ella era la mayor y mis tíos eran pequeños, se iban a dormir antes de las doce. Mi abuela daba con una cazuela y una cuchara las doce campanadas, y celebraban el fin de año tan contentos. Cuando se acercaba el día de reyes, mi abuelo les decía que tenían que rallar maíz para los camellos, que comían mucho... pero mi abuelo en realidad aprovechaba ese maíz rallado para dar de comer a las vacas... todos los hijos acababan con las manos rojas y nerviosos porque creían que era para los camellos... 

Aparte de eso, mi abuela iban ahorrando todo el año para comprar los regalos, y los guardaba en un baúl. Muchos regalos eran del circulo de lectores: eran cuentos o libros. Las muñecas se las hacia ella misma con trapos y lanas. Y dice mi madre que era superfeliz, no como los niños de ahora que les compran lo mejor que hay y no les hacen ni caso. 

También me cuenta que en verano no podían ir de vacaciones, se iban a la casa de campo de su abuela, que les hacia bollos en el horno mientras dormían. Igual se despertaban a las dos o tres de la mañana y olía a bollos toda la casa. Todavía recuerda aquel olor. 

También los padres de antes tenían más tiempo para estar con sus hijos que los padres de ahora. Mi abuelo, cuando venia del campo, salían a recibirlo todos sus hijos y jugaban a las guerras de almohadas. Todo eso se ha perdido por falta de tiempo.

CONCLUSIÓN

Por mucho que tengan los niños de ahora, no son tan felices como los niños de antes.


Entrevista realizada por Laura y Pilar Bausela (Nivel 1C)

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